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Lo que nunca falta en mi mochila de verano: edición inmigrante latina en Canadá
May 21, 2025

Lo que nunca falta en mi mochila de verano: edición inmigrante latina en Canadá

¿Qué hay en mi mochila de verano? Versión inmigrante latina en Canadá 🇨🇦☀️

Cuando me mudé a Canadá desde Latinoamérica, pensaba que el invierno sería el gran protagonista de mi vida. Y sí, lo es. Pero spoiler alert: el verano canadiense también tiene su chiste, especialmente cuando quieres aprovechar cada rayo de sol como si fuera el último.

Así que, si eres inmigrante latina como yo y quieres sobrevivir (y disfrutar) el verano al estilo canadiense, te dejo un recorrido por mi mochila, esa fiel compañera que va conmigo a festivales, parques, picnics, caminatas y, por qué no, a esas citas improvisadas con amigas que duran horas.

1. Bloqueador solar (porque el sol aquí quema de verdad)

No importa si tu mamá te decía que no lo necesitabas por ser morena: en Canadá, el sol de verano no juega. El bloqueador es lo primero que echo a la mochila. Me salvó la piel más de una vez.


2. Botella de agua reutilizable (y bien fría, por favor)

En Montreal, Toronto o donde estés, vas a caminar. Mucho. Las ciudades invitan a perderte por sus calles, así que mantenerse hidratada es clave. Bonus: hay muchas fuentes de agua potable en parques públicos.


3. Repelente de mosquitos (porque los mosquitos canadienses tienen hambre de inmigrantes)

No sé qué tienen los mosquitos aquí, pero me aman. Si eres de esas personas a las que los bichos eligen como buffet, no lo pienses dos veces: repelente en spray o en roll-on, pero llévalo.


4. Merienda latina (porque uno nunca sabe si va a encontrar algo que le guste)

Barritas, nueces, fruta… o mi clásico: galletitas de vainilla con dulce de leche. Siempre llevo algo para picar, porque a veces las opciones en eventos o parques no se parecen mucho a lo que comíamos allá. Y si hay picnic improvisado, ¡ya estás lista!


5. Una mantita o pareo (para los parques que parecen de película)

Los parques de Canadá en verano son un sueño. Así que siempre llevo una manta para sentarme, leer, tomar sol o simplemente mirar la vida pasar. Tip: si es impermeable del lado de abajo, mejor, porque el pasto a veces está húmedo.


6. Lentes de sol y gorra (el combo abuelita preventiva)

Uno cree que no los va a necesitar, pero el sol canadiense da directo y sin pena. Mis lentes y mi gorra me han salvado de más de un dolor de cabeza… y de parecer turista perdida.


7. Una chaqueta ligera (porque aquí puede hacer calor y frío en la misma tarde)

Una de las primeras lecciones del clima canadiense: nunca te confíes del sol. En cuestión de horas, el viento se levanta y baja la temperatura. Una chaqueta ligera es el equilibrio perfecto entre estilo y supervivencia.


8. Mi tarjeta OPUS/Presto y audífonos (porque me muevo con transporte público)

Como buena inmigrante sin carro (aún), la mochila no está completa sin mi tarjeta de transporte y unos buenos audífonos con playlist latina para acompañarme por la ciudad.


9. Libreta pequeña o libro (porque los momentos tranquilos aquí se valoran)

El ritmo en Canadá es distinto. Y eso me ha enseñado a disfrutar los momentos de pausa. Me gusta tener algo que me conecte conmigo misma: un libro o una libreta donde escribo lo que siento.


10. Una pequeña banderita de mi país (opcional pero emocional)

No la llevo siempre, pero a veces, cuando voy a festivales latinos o celebraciones de inmigrantes, me gusta tenerla. Me recuerda quién soy, de dónde vengo y todo lo que he logrado al estar aquí.


¿Y tú? ¿Qué llevas en tu mochila de verano?

Ser inmigrante es vivir en dos mundos al mismo tiempo. Y cada objeto que llevamos habla de nuestra historia, nuestras costumbres y esa mezcla mágica entre lo que éramos y lo que estamos descubriendo.

Si tú también eres inmigrante latina en Canadá, cuéntame: ¿qué no puede faltar en tu mochila de verano? 🧡

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